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northern sky

Hotel Barajas

Hay quien puede pensar que de noche el aeropuerto de Madrid Barajas queda vacío. Nada más lejos de la realidad. A esas horas es cuando llegan al aeropuerto decenas de viajeros dispuestos a pasar allí la madrugada a la espera de los vuelos de primera hora de la mañana. Ellos se unen a otros personajes que han convertido el aeropuerto en su hogar. Juntos hacen de Barajas un auténtico hotel .  

Por Alfredo Trujillo

Cuando Olivia Waters, inglesa de 23 años, llega a la Terminal 1 de Barajas es consciente de lo que le queda por delante. Faltan 20 minutos para las 2  de la madrugada del jueves 17 de mayo. Su vuelo a Bournemouth no sale hasta las 5.30 horas. Son casi cuatro horas de espera. “No hay metro para llegar aquí tan temprano y tampoco puedo pagarme un taxi”, explica, “ya lo he hecho otras veces. Es duro pasar la noche así pero tampoco da miedo, no estaré sola. Hay mucha más gente por aquí”. Efectivamente, Olivia no se encuentra con un aeropuerto desierto. Más de cien personas están desperdigadas por los rincones más insospechados de la T1, la T2 y la T3 de Barajas. Algunos duermen en las esquinas de los pasillos, otros detrás de los bancos y alguno incluso instala una cama improvisada debajo de unas escaleras mecánicas. La mayor parte, sin embargo, opta o bien por el bar de la T1, el único que abre toda la noche, o por el hall donde están los mostradores de facturación de Ryanair, que está justo al lado del bar.

El café es un arma básica a estas horas. “La verdad es que cuando empecé aquí nunca pensé que iba a tener tanto trabajo por las noches”, comenta una de las camareras del bar de la T1. “No es que sea un ritmo agobiante, pero tampoco te da tiempo para descansar”, añade. Y es que todas las mesas del bar están ocupadas. Aquí los viajeros como Olivia intentan matar el rato tomando algo, leyendo algún libro, conversando, o simplemente echando una cabezada apoyados contra la pared. Los que van más preparados aprovechan para ver una película en el ordenador portátil. A todo esto, ya faltan pocos minutos para las tres.

Desde el mostrador de información de AENA María, azafata de tierra, observa el espectáculo. Es una espectadora privilegiada. “Cuando ves más gente durmiendo por aquí es entre las 12 y las cuatro. Luego ya empieza el ritmo normal del aeropuerto porque abren los mostradores de facturación”. Y agrega: “Los hay que duermen aquí cada día. Hay un señor, creo que árabe, que siempre duerme en la planta de arriba, al lado del restaurante. También hay un joven checo que está viviendo aquí desde hace casi más de un año. Normalmente está en la T3”. El joven se llama Petr, tiene cerca de 30 años y es tan enigmático como su propia situación. Simplemente se encoge de hombros cuando se le pregunta porqué está en Barajas desde hace tanto tiempo y se aleja de nuevo en busca de ese rincón que él ya considera su cama.

Para Buba Carr, un holandés de 28 años originario de Surinam, su situación tiene una explicación más sencilla. Está sentado en un banco del pasillo entre la T1 y la T2 porque espera la reapertura del metro. Dice que tiene que ir a la estación de Méndez Álvaro para coger un autobús a Málaga. Aunque se le ve algo inseguro y despistado, ya que también insiste en saber cómo puede ir a Barcelona y si el bus es más barato que el tren.

Quienes no tienen despiste de ningún tipo sino más bien un cabreo considerable son Elena y José. Su viaje de luna de miel no está yendo como habían previsto. Están pasando la noche en Barajas porque han perdido la conexión con un vuelo a Argentina. Su avión salió con retraso de Barcelona y al tomar tierra en Madrid hubo una serie de problemas técnicos con el aparato que hizo que tardasen más de una hora en desembarcar. Para entonces Argentina hacía rato que había volado. Ahora hacen tiempo a la espera del primer vuelo hacia el país andino.

A las cuatro el ambiente ya ha empezado a cambiar. En el pasillo más cercano al bar de la T1 ya no está aquella pareja, una de tantas, que dormía envuelta en mantas y con el carrito de las maletas al lado. La hora de los primeros vuelos se aproxima y muchos se apresuran para ir a hacer cola en los mostradores de facturación, que por fin empiezan a abrir. En el de Ryanair, Olivia espera su turno pasaporte en mano. “Finalmente ha sido menos duro que otras veces”, dice, “es una paliza pasar la noche aquí, pero es que sin metro nocturno para muchos no nos queda más remedio”. Cuando le llega su turno deposita su mochila en la cinta transportadora y tras recoger la tarjeta de embarque se dirige al control policial. Para entonces el Barajas de noche, ese peculiar y único  hotel que se monta por unas horas en el aeropuerto madrileño, ya ha dado paso al Barajas de día. Con él todo vuelve a la aparente normalidad. Y así hasta la noche siguiente.

Una etapa que toca a su fin (1)

Una etapa que toca a su fin (1)

Sin darme cuenta mi erasmus toca a su fin. Si durante esta noche logro hacer el último trabajo que me queda por entregar, entonces ya estará. Sciences-Po se habrá acabado para mí. Quizá es cierto que nunca llegó a empezar del todo, las cosas han ido como han ido. No obstante, tengo esa melancólica sensación de fin de etapa, de que hay algo en mi vida que se está acabando...y que es para siempre. Es cierto que todo eso ya lo sabía antes de venir, que sabía que sería así, y que quizá debería de estar más preparado para ello. Pero no, no hay vacuna que pueda evitar sentir que estoy cerrando un capítulo de mi vida al cual acudiré con frecuencia cuando quiera rememorar esos días en que París fue mi hogar y el escenario de una de las aventuras más enriquecedoras de mi vida.
Aún así, cuando empiezo a hacer balance, tengo la impresión de que hay algo que he hecho mal, que no he llegado a hacer todo lo que debería...o incluso podría decir que me siento algo decepcionado, en el sentido de decir, "ah, ya está?, ya se acaba?". Quizá esperaba algo más del Erasmus o ,simplemente, yo no he sido capaz de encontrarlo.
Sé que es contradictorio lo que estoy diciendo. Por un lado alabo esta experiencia, digo lo mucho que me ha marcado, y acto seguido empiezo a sacarle los defectos e incluso digo que finalmente no ha sido para tanto...Parece que finalmente el concepto "these" / "antithese" tan francés se ha hecho hueco en mi cerebro.

El tiempo ha pasado volando. Llegué una fría mañana de finales de septiembre a la Gare de Austerlitz, y me parecía que tenía todo el tiempo del mundo por delante. Que los nueve meses, aproximados, que se extendían ante mí me darían tiempo para todo. No ha sido así, la realidad, la vida podría decir, acaba imponiendo sus normas y sus ritmos. Yo me he limitado a seguir, a flotar y dejarme llevar por la corriente. Puede que ése haya sido mi error, no haber luchado contra ciertas dinámicas que en el fondo sabía que no eran las mejores.
De todas maneras, a estas alturas es inútil lamentarse. Ya está. Ya pasó. Ahora lo que se extiende ante mí es el verano, y si todo va como tengo previsto, París seguirá siendo el escenario principal.
Es inútil intentar ocultarlo. Me he enamorado de esta ciudad (que no de sus gentes...).
Siempre era muy escéptico cuando oía a alguien hablar de lo maravilloso que es París y demás virtudes de esta ciudad, pero ahora he de admitir que estaba equivocado. París tiene algo...pero aunque lleve 9 meses aquí aún no sé decir a ciencia cierta el qué, cual es ese factor que hace de esta ciudad algo tan especial. La arquitectura? Su urbanismo? Su clima?
En el fondo creo que soy afortunado porque he conocido todo tipo de climas en París. De los primeros fríos del otoño y sus primeras lluvias (luego han sido casi constantes), pasando por la nieve que nos visitó en Febrero, y llegando a sus cálidas tardes de primavera que cada vez se tornan más y más calientes, anunciando la llegada inminente del, parece, abrasador verano.
Y dentro de tanta variedad París me ha parecido siempre encantador. El París convertido en alfombra otoñal de tonos marrones me conquistó. El París dominado por el frío invernal me atrapó con su nieve. Y en primavera, a pesar de la lluvia, el París que ha recuperdao gradualmente el calor y la vida ha aumentado aún más ese amor.

Una de las cosas que más me ha sorprendido es el atardecer de primavera. Son atardeceres que se alargan y estiran en el cielo durante horas...crees que el reloj te engaña cuando marca más de las diez de la noche y aún ves los últimos rayos de sol decir adios a lo lejos...y e es ntonces, de pronto, en menos de diez minutos, cuando cae la noche sin dejar tiempo para que uno se de cuenta. Quizá si viviera en Escandinavia no estaría tan sorprendido por este fenómeno normal para el resto de parisinos, pero a mi me parece algo mágico...tan mágico como la misma ciudad.

Bueno, creo que de momento lo voy a dejar aquí. Quizá en el momento de empezar estas líneas tenía pensado hablar más de la experiencia en sí, pero al final ha sido París quien ha acapardo todos mis pensamientos.
Cosas del amor.

pd: y sí, me he comprado una cámara digital. De hecho fue hace unas 3 semanas. El dinero mejor invertido de toda mi vida. La foto la hice ayer a las 5 de la mañana...

fotografías mentales...: boulevard des batignolles

El Boulevard des Batignolles siempre está lleno de personajes más que curiosos. Varía el color de su piel, el origen de sus rasgos, el tipo de ropa que llevan, pero lo que les iguala es su actitud. Sentados sobre los bancos, unos ven pasar sus días junto a sus compañeros de fatigas,mientras conversan y beben cerveza. Los otros observan los alrededores absortos en sus propios pensamientos mientras la vida pasea frente a sus rostros... y todos lo hacen apurando las últimas gotas de unas cervezas que siempre se acaban demasiado pronto.

Today (Maximilian Hecker)

Today (Maximilian Hecker)

And today
I will kill myself
And today
My heart will stop running
And today
I will leave the world behind me
And today
I will lose you forever
And today, yeah
Oh today, yeah
Oh, today the world is mine
Mother hold me
Hold me tight
I will leave you

volver

Ya hace cuatro meses que empezó el año. Cayendo en el tópico diré que me parece que fue ayer. Cuatro meses...y ni un sólo minuto para escribir aquí. Bueno, hubo algún que otro intento, pero al final la pereza me venció. La pereza...y también la sensación de que tampoco puedo decir todo lo que pienso ni siento en este espacio. Supongo que ese factor al fin y al cabo pesa más de lo que me parecía.
Sí, tener un blog está bien, queda muy "in" y demás chorradas, pero yo no puedo decir las cosas del mismo modo en que lo haría en un diario (oh,mi añorado diario...). No soy tan exhibicionista. No puedo abrir mi alma de esa manera...lo he intentado alguna vez, pero no.
Por otro lado, tampoco creo que sea bueno. No todo tiene por qué saberse. Está bien tener cosas que no compartes con nadie más. No sé, quizá la mayoría de gente en sus blogs tiene eso claro, pero yo tenía ciertas dudas. Sí, siempre pequé de ingenuo. O bien, quizá lo que pasa es que la función de un blog no es esa, sino simplemente la de un espacio donde poder hacer gala de nuestras filias y fobias para que quede bien clarito al resto del mundo.
En ese caso...quizá no tenga mucho sentido seguir manteniendo este espacio en activo (bonito eufemismo después de no publicar durante más de 4 meses!)
No sé, pero hace tiempo que no me siento con fuerzas de luchar por gran cosa, de denunciar esas pequeñas injusticias cotidianas, o mundiales, que antes tanto me indignaban y que me hacían llenar de comentarios "político-sociales" mi programa de música en (la ahora tan lejana) Radio Hospitalet.
Me asusta pensar que ya, (tan pronto?), a los 25 me haya vuelto un escéptico a quien todo se la suda y que sólo piensa en cómo montárselo para poder ir sobreviviendo.
Me gustaría estar equivocado, y que todo esto sólo sea producto de la alienación que produce estar viviendo durante largo tiempo en un país extranjero. Pero no lo tengo demasiado claro. Hay gente que lleva sus luchas y sus convicciones consigo a donde sea. Sin embargo, parece que yo los dejé en tierra antes de coger el tren hacia París en aquella lejana noche de septiembre.
Sí, empiezo a sentirme vacío por dentro, sin nada por lo que luchar o morir. O mejor dicho, sin ganas de luchar o morir por nada. Y yo no era así. Yo creía en ideales, y, aunque siempre he tendido a apreciar (quizá demasiado) la vida, sí que estaba dispuesto a luchar.
Me gustaría volver atrás, justo el tiempo necesario y parar en ese punto en el que mi vida, al coger una de esas curvas pronunciadas por las que acostumbra a circular, perdió las ganas de luchar y la esperanza en el ser humano en general.
El escepticismo y la desidia son unas enfermedades terribles. Lo peor es sentir que han entrado en mi interior y no tener la certeza de ganar esta batalla.

Estoy tan cansado...

Pero no todo es tan negro. En la oscuridad hay esperanza.

Hoy he vuelto a escribir.

año nuevo, vida vieja

año nuevo, vida vieja

Pues otro año más. Sin darme cuenta ya estoy llegando al cuarto de siglo. Uff, suena muy jodido. 25 años...un tercio de mi vida ya consumida...y todo sigue igual, jodidamente igual. Futuro más que incierto, viejos hábitos que no logro dejar atrás, otros que no consigo adoptar...y lo que es el mundo en general...pues sigue igual de jodido que antes o incluso peor.
Antes de irme de París para pasar las vacaciones de navidad en hospitalet vi una película de Milos Forman, "Hair" era el título. Era un musical sobre unos hippies en Nueva York que intentanban convencer a un chaval que no fuera al ejército para ir a luchar a la guerra de Vietnam. Viendo la película me pensé que el ser humano tiene una memoria muy frágil. Que hoy en día ya se ha olvidado (perdón, puntualizo, ciertos políticos han olvidado, o eso simulan) el horror que significa cualquier guerra. Sí, ahora ya empieza a quedar atrás el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Civil...e incluso de Vietnam.

Se están empezando a levantar las barreras de ciertos temas que hasta ahora se consideraban inamovibles...guías básicas sobre las cuales se levantaba el edificio de las relaciones internacionales y demás...

La veda se ha abierto y los cazadores están preparados para disparar.

Sí, estamos en el 2005, año nuevo, pero todo me parece ya demasiado visto...son errores del pasado que parece que van a volver.

No, no soy nada optimista respecto al futuro.

Es un topicazo, pero se acercan tiempos oscuros...

Eso sí, París sigue siendo tan encantador como antes de irme...merde, comment je vais faire quand je ne serai plus ici!!??

pd: Sí, esto que he escrito es una mierda...pero a las 3:10h de la madrugada...que se puede pretender?? no pidamos peras al olmo!!! Prometo mejorar...(ale, otra promesa a "cumplir" para el cesto del 2005...)

Cut Here (The Cure)

Hoy por tí, mañana por mí. Todo pasa...
Robert, canta:

"so we meet again!" and i offer my hand
all dry and english slow
and you look at me and i understand
yeah it's a look i used to know
"three long years... and your favorite man...
is that any way to say hello?"
and you hold me...
like you'll never let me go
"oh c'mon and have a drink with me
sit down and talk awhile... "
"oh i wish i could... and i will!
but now i just don't have the time... "
and over my shoulder as i walk away
i see you give that look goodbye...
i still see that look in your eye...
so dizzy mr busy -
too much rush to talk to billy
all the silly frilly things
have to first get done
in a minute - sometime soon -
maybe next time - make it june
until later... desn't always come
it's so hard to think "it ends sometime
and this could be the last
i should really hear you sing agin
and i should really watch you dance"
because it's hard to think
"i'll never get another chance to hold you...
to hold you... "
but chilly mr dilly -
too much rush to talk to Billy
all the tizzy fizzy idiot things
must get done
in a second- just hanf on -
all in good time- won't be long
until later...
i should've stopped to think -
i should've made the time
i could've had that drink-
i could've talked awhile
i would've done it right -
i would've moved us on
but i didn't -
now it's all too late it's over... over...
and you're gone...
i miss you i miss you i miss you i miss you
i miss you i miss you so much
but how many times can i walk away
and wish "if only... "
how many times can i talk this way
and wish "if only... "
keep on making the same mistake
keep on aching the same
heartbreak
i wish "if only... "
but "if only... "
is a wish too late...

perdido dentro de mí...

La tristeza no siempre llega con previo aviso. Hay veces que te coje totalmente desprevenido. Así ha llegado hoy. No es algo que sea siempre así.

Pueden ser cinco minutos de tristeza...luego se va...se esconde cerca...y cuando cree que puede volver a hacer daño vuelve. Hay un motivo claro. Esta vez sí. Otras veces estoy triste simplemente porque sí, porque no le veo sentido a muchas de las cosas que hago, a la vida que llevo, al camino elegido...Pero no, esta vez...esta vez sé porque es.
Me ha escrito un e-mail para decirme que se va. No, no al fin del mundo, pero que se aleja. Y...bueno...no sé por qué ponerme así...puesto que es algo normal. Pero supongo que todo esto entra dentro de la irracionalidad de los sentimientos.

Sí, ya sé que estabas lejos. Que incluso fue por mí que nos alejamos más. Pero hoy me has sorprendido. Me alegro mucho por tí, pero no puedo dejar de sentir que estoy perdiendo algo, que una parte de mí se va...
Ahora escucho aquella canción...si, aquella en la que Robert Smith se arrepiente de ciertas decisiones de su vida.
Yo no me arrepiento. Me siento estúpidamente triste. Y digo estúpidamente porque soy como el niño pequeño que no se acuerda del juguete con el que tanto se divirtió hasta que un día, harto de jugar con los más nuevos, quiere jugar con aquél y encuentra que ya no lo tiene, que desapareció sin darse cuenta. Sí, quizá si que se dió cuenta, pero no quiso hacer nada al respecto. No oyó los gritos de desesperación mientras el juguete poco a poco se alejaba.
Juguete...ojalá fuera algo así, pero no, es más importante.

Un niño caprichoso. Un niño...que no crece. Un niño perdido...que tiene miedo de equivocarse y de hacer daño.

Supongo que la vida va de esto. Tener juguetes...que desaparecen, aprender a vivir con ello y lo que significa..., pero mientras tanto...duele tanto....

Mucha suerte...

Taxi Driver

Taxi Driver

Gran película

"You" (Das Pop)

you, you break my heart
you tear me up, in so many parts
one part for you and one for me
that is how it ought to be
you, you know my sins
you know that i will do them again
i do one for you and one for me
that is how it ought to be

you struck me
that is why i'm standin' here
you struck me
you are everything i fear
you struck me
since you're gone our home has changed
you struck me
i just wanna get out of here

you, you break my heart
you tear me up, in so many parts
one part for you and one for me
that is how it ought to be

you struck me
you struck me
you struck me
you struck me
you, you break my heart
oh you oh you
yeah you
you break my heart
oh you oh you
you break my heart
you tear me up in so many parts
one part for you and one for me
and that is how it ought to be

mi amigo Ferran Monegal me ayuda con mi blog

No es un escrito mío. Pero quizá, en el fondo de lo que dice, si que me hubiera gustado suscribirlo. A partir de algo mundano llegamos a una de las grandes verdades de la vida...Me ha hecho mucha gracia. Y sólo por eso, y porque uno es así de caprichoso, voy y lo pongo el blog. Es lo que hay cuando uno quisiera escribir pero no encuentra ni el tiempo, ni la inspiración necesaria, para hacerlo.

O tempora, O mores...

Un pelo en el sobaco (publicado en El Períodico de Catalunya, 29-11-2004)

Ferran Monegal

Nuevas entregas de Cuéntame cómo pasó (TVE-1). A pesar de los pesares, buena serie, muy buena serie, comparada con el triste panorama que otras teles nos ofrecen. En esta nueva arrancada hemos visto que Carlitos crece. Ya estamos en el año 1972. Un día se mete el chaval en el baño, se pone delante del espejo, y advierte con orgullo que en su sobaco le ha brotado un pelo. ¡Ah! Su satisfacción es inmensa. Y lleno de excitación se va al colegio, entra en clase de literatura, mira a la guapa profesora que este año le ha tocado en suerte (Almudena), y comienza a recitarle Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, la 21 y la 22 en concreto, con mucho sentimiento. Y mientras va lanzando aquello de Poesía eres tú y Por una mirada un mundo, por una sonrisa un cielo, le queda a Carlitos pintado en la cara el cuadro imborrable del primer amor. Sí, señoras y señores, el primer amor es una cosa muy seria. El régimen franquista colea, el Gobierno secuestra revistas a granel (La Codorniz, Índice, ...), su padre, Antonio Alcántara, que ahora vuelve a trabajar en una imprenta, tiene que retocar las fotos de señoras en biquini para que parezca que van en casto bañador de una pieza, y en medio de todo eso, Carlitos sólo vive para la profesora Almudena. Le compra elepés de Serrat cantando Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla..., o sea, se entera de quién es el noi del Poble Sec y de quién fue Machado de una tacada y por el mismo precio; descubre a Lorca --aunque nadie le explica cómo murió--; y en la calle se aposta en las esquinas para espiar a la maestra y seguir amándola de lejos. Y una tarde, durante uno de sus ingenuos seguimientos, la descubre dándose un beso de tornillo con un profesor del colegio. Tremendo. Su desencanto es enorme. Le dura casi una semana entera. O sea, Carlitos recibe el primer golpe de la vida. No sabe todavía que irá recibiendo más. A medida que en el sobaco le vayan brotando pelos.

Siempre Igual (los Suaves)

Siempre Igual (los Suaves)

Ocho de la mañana
suena el despertador
te levantas de cama
eso es lo peor
te arrastras al lavabo
la cabeza te estalla
tomaste demasiado
ayer de madrugada.
Agua fría alka-seltzer
café negro sin afeitar
el calcetín no aparece
y además es muy tarde ya
al final lo encuentras
debajo de la cama
por fin sales a la calle
maldiciendo la mañana.

La vida te sonríe
hace frío y llovizna
también sonríe tu jefe
allá arriba en la oficina
"¿Qué ha pasado Rodriguez?
llega usted tarde otra vez
si se vuelve a repetir
voy a dar cuenta de usted".

Callas y sin decir nada
comienzas a teclear
así toda la mañana
hasta las dos siempre igual
diez años esperando
que te toque una quiniela
para escapar de esa vida
para escapar como sea.

Vuelta otra vez al trabajo
así pasas la tarde entera
como son muy generosos
sales a las ocho y media,
sigue lloviendo en la calle
pasa una "tía" y la miras
ella no te hace ni caso
sigues andando y la olvidas.

Regresas de nuevo a casa
siempre sucia nadie te espera
la cena es congelada
no hay ninguna sorpresa
no puedes resistir más
la vida te ha traicionado
dime donde estan tus sueños
amigo, dime donde han quedado.

Te acercas al armario
tu amigo "Dic" allí espera
destapas la botella
y vuelta otra vez a la rueda.
Otra vez a empezar
siempre la misma historia
cada día siempre igual.

una noche más, una noche menos...

una noche más, una noche menos...

Pues otra vez me dan las tantas de la madrugada delante del ordenador. La verdad que siempre hay una excusa para ello. Hoy era porque porfin me ha llegado el ADSL. La verdad que me ha hecho muchísima ilusión. Casi que por un momento he sentido la misma ilusión que tienes cuandos eres niño y te hacen los regalos de navidad. Suena un poco estúpido, no? Algo tan...banal como una conexión ADSL y...mira...pero soy así, que le voy a hacer. En todo caso...nada, que otra vez, las 4:25h...otro día perdido...otra noche sin dormir...No me gusta este ritmo de vida. Quisiera ser diferente y hacer las cosas..."bien"? Bueno, como mínimo de otra manera.
Estoy en París desde hace casi dos meses y..aunque me lo estoy pasando bien, tengo la sensación de que hay algo que no estoy haciendo bien, que estoy fallando en algo. Supongo que noches como esta son las que hacen que me sienta así...pero no, no creo que sea sólo eso. Es también esa extraña sensación de notar como el tiempo se escurre entre mis dedos y no hago nada, ni para evitarlo ni para usarlo de otro modo. Sí, quizá es que estoy harto de mañanas en la cama, tardes de resaca,y noches perdidas entre humos, música y bebidas. Claro, que decir todo esto también es fácil, porque luego soy elp primero en apuntarme a cualquier bombardeo.
No sé...en todo caso...no, no estoy contento conmigo mismo. Tenía una oportunidad de hacer algo y he preferido hundirme en mi pereza y buscar cualquier excusa para justificar tal elección. Lo que más me duele es pensar que hay gente que cree en mí...y yo...desgraciadamente, no soy más que un fraude. Un puto engaño. Algo que aparenta ser lo que no es. Porque debajo de la máscara no hay nada. Mejor dicho, si que hay, hay la NADA.

Al menos esa nada ahora estará más llena de múscia que nunca. Con un mega de capacidad del ADSL que tanto he deseado, ahora podré hacer realidad todos mis deseos (musicales, claro). Pero aún así, después de más de 4 horas de conexión...sigo sintiendo la nada.
Creo que era en "La historia interminable" que "La nada" se iba comiendo aquél mundo de fantasia, no? Sí, creo que sí. Pues lo que me corroe por el interior viene a ser algo bastante parecido. Lo que pasa que no se si es algo que ha ido creciendo poco a poco, o si siempre estuvo ahí, bien presente, y atento para dejarse manifestar cada vez más y más...

Mañana tengo muchas cosas que hacer. Y no he preparado nada. Lo peor es que me quedo igual de tranquilo...no sé... es todo tan extraño...Quizá esté viviendo un sueño? No, sería demasiado bonito. Sería un perfecto "happy end" para cualquier telediario o película de turno (cada vez hay menos diferencias entre los unos y los otros). No, aquí no hay "happy end". Aqui no hay alegrías. Aquí hay la nada...

Y para acabar, dejando de lado cualquier intento de originalidad, citemos al amigo Neil Young. "It's better to burn out than to fade away" Sí, lo sé, muy típico y tópico. Pero es que en la nada no ha sitio para la originalidad. Faltaría más!

Mirando atrás

Viento. Esa es la primera palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en mi pueblo. Un viento fuerte y endemoniado que juega con los hombres casi como si fueran naipes y los hace mover a su antojo, así lo recuerdo.
Ahora que vuelvo al pueblo, a casa, me parece que el viento ya no tiene aquel ímpetu, claro que cuando uno es pequeño ve las cosas a través de un cristal que todo lo deforma y exagera, de modo que quizás ese viento que recuerdo es el mismo que sopla a mi regreso. En todo caso la sensación que tengo es que este viento es mucho más flojo y cansado que el que me hacía volar en mi infancia.

Volver al lugar donde pasé los primeros años de mi vida siempre genera una serie de sentimientos contradictorios en mí. Por un lado emoción, por ver sitios que hace años perdí de vista, por recordar momentos que con los años han quedado cubiertos por la neblina del tiempo y del olvido. Pero al mismo tiempo también me siento invadido por una sensación de nostalgia y pena. Me doy cuenta de todo lo que quedó atrás, y de la inocencia perdida con el transcurrir de los años, y es que el paso del tiempo es implacable.

El antiguo colegio, ahora en ruinas, el bosque, las playas, la plaza… todos los lugares están llenos de recuerdos que me asaltan a cada paso que doy.
Es en estos momentos cuando empiezo a preguntarme por toda esa gente que un día conocí y que luego, con el paso de los años, fueron quedando atrás, hasta desaparecer por completo de mi vida. Si, no puedo evitar preguntarme “¿Qué habrá sido de ellos?”, de Miguel, de Albertito, de Dani y sus hermanos… Con unos perdí el contacto porque se fueron del pueblo, con otros fue simplemente por “evolución”: la amistad se va perdiendo poco a poco, sin saber cómo, hasta que llega un día en que quien antes era tu mejor amigo es casi un perfecto desconocido. Supongo que es ley de vida, pero en el momento en que te paras a pensarlo la pena te invade, y es imposible no sentirse triste, e incluso algo abatido. Y es curioso, porque toda esa nostalgia y tristeza no me disgusta. Casi podría afirmar que me siento bien estando triste y recordando el pasado, es algo irracional, pero no lo puedo evitar.

Por suerte, o desgracia, luego, cuando vuelvo a la vida normal, el día a día rápidamente borra esos pensamientos de mi cabeza, y la pena se va, hasta la próxima visita al pueblo. Fue bonito mientras duró.

Podría volver (Los Planetas)

Podría volver (Los Planetas)

Podría volver
pero no vuelvo por orgullo simplemente,
si ya juré nunca volver debes creerme,
que cumpliré con mi promesa está por ver.
Y si me dices que no puedes olvidarme,
en este mundo nadie es indispensable,
puedes vivir sin mí igual que yo sin ti.
Y si me dices que yo soy toda tu vida,
y como en todo lo que hay vida existe muerte,
y yo no quiero ser la muerte para ti.

Y podrás pensar
que me dolió que me negaras y es muy cierto.
Y como tú comprenderás todo este tiempo
sufrí bastante y pensé nunca volver.
Y si me dices que sin mí te pones triste
eso tuviste que pensar cuando te fuiste,
seguro que por ti ya nada puedo hacer.
Y si me dices que me quieres y me quieres,
y si me pides que regrese y que regrese,
juré que nunca volveré y no volveré.

Y podrás pensar,
que me dolió que me negaras y es muy cierto.
Y como tú comprenderás todo este tiempo
sufrí bastante y temí nunca volver.
Y si me dices que sin mí te pones triste
eso debiste pensar antes de irte,
seguro que por ti ya nada puedo hacer.
Y si me dices que me quieres y me quieres,
y si me pides que regrese y que regrese,
juré que nunca volveré y no volveré.

4:35 A.M.

“Se ilumina la pantalla y aparece un joven en un lavabo. El joven soy yo. Me estoy masturbando enfrente del espejo. Unos minutos de tensión muscular y…ya está, me corrí. El semen fluye lentamente hacia el sumidero. Me miro en el espejo y me busco a mí mismo preguntándome qué hago a las tres y pico de la madrugada de un día entre semana cascándomela sin pena ni gloria. Es entonces cuando empiezo a reflexionar sobre el sentido de la vida y el de mi presencia en este planeta.”

Sí, vale, lo sé. Empezar un e-mail con este tipo de paranoias es un poco fuerte. Perdona. Son las confianzas que, ya sabes, dan asco. Bueno, quizá también hay que tener en cuenta las birras, que ya llevo unas cuantas. ¡Y los porros! Aunque no tantos como yo desearía. No, hoy no ha habido coca. Mejor así. Además, la economía tampoco da para mucho más, y éste último mes nos hemos pasado un poco. La vida de estudiante tiene estas cosas, qué te voy a contar, ¿no?
Pues nada, otra vez aquí, son un poco de las cuatro de la madrugada y estoy frente a la pantalla del ordenador. Esa paranoia con la que he empezado es parte de cómo me imagino la película de mi vida, era la escena inicial. ¿Qué te parece? No está mal, ¿no? ¿Crees que se podría incluir dentro del movimiento Dogma? Mmm…yo creo que Von Trier me pagaría millones por la idea…jejeje, ¿porqué no?

La noche me encanta, creo que es el mejor momento del día. Sí, y en especial la madrugada, su silencio, su tranquilidad…quizá es eso lo que me impulsa a escribirte casi siempre a estas horas. No sé porque pero es en estos momentos cuando me siento más lúcido. También es cuando puedo sacar a pasear mis fantasmas interiores sin miedo a que sean vistos por alguien. Es un alivio enorme, no te lo puedes ni imaginar, porque llega un momento en que si no los sacas un rato ellos te empiezan a devorar por dentro. Entonces sí que estás perdido.
El otro día me dijiste que estabas rayada y que, por tanto, te costaba estudiar, ¿no? Eso ya suele pasar, y no sabemos porque pero también suele coincidir con épocas de exámenes, es una especie de "¡y ahora, más difícil todavía!".
Las rayadas mentales van a épocas, o al menos así me pasa a mí. Quizá las causas estén siempre ahí, en la trastienda del alma, pero hay momentos en que consigues mantenerlas bien guardadas y otros en que salen afuera sin siquiera pedir permiso (y acostumbran a pillarnos en los peores momentos) Lo mío también va a épocas. Las hay en que puedo pasar sin pensar demasiado en ello y otras en que simplemente no puedes dejar de darle vueltas al asunto. En fin, supongo que eso son grandezas de la psicología humana.

Hoy he vuelto a discutir con ella. Hemos seguido el proceso habitual: un tema cualquiera, opiniones diferentes, casi irreconciliables, de ahí hemos pasado a los reproches personales, luego a echarnos en cara nuestros defectos y finalmente hemos acabado gritándonos y pidiendo la cuenta para poder irnos lo más pronto posible. A pesar de todo, sigo sin estar seguro de si la quiero o no.
Supongo que visto desde fuera todo resulta más claro y sencillo, ¿no? Ya, lo sé. Imagino que la mejor solución para los dos sería dejarlo. No sé si de una manera definitiva pero sí durante un tiempo. Lo sé, joder, ¡claro que lo sé! Pero tú no te puedes ni imaginar lo difícil que es. Son tantos años, tantas ataduras, reales e imaginarias, tantos recuerdos, amigos, sueños…Cuesta darse cuenta de que tu pequeño mundo se está cayendo a pedazos. Incluso cuando caen los cascotes más grandes encima de tu cabeza intentas disimular el dolor y finges no haber sentido nada. Finges que todo sigue igual, que todo sigue… ¿bien? Fingir es un verbo que expresa bastante bien la situación; aunque no sé porque eso es algo que siempre me recuerda a las escenas de sexo de las películas americanas. En fin, otra de mis estúpidas asociaciones de ideas, perdona.

Últimamente no hago más que pensar en todas esas cosas que quisiera hacer y que no estoy haciendo. Me da mucha rabia. Estoy como paralizado. Soy un ser totalmente pasivo. Veo cómo el mundo se mueve a mí alrededor y soy incapaz de reaccionar. Y no por falta de proyectos, no. Creo que me faltan ganas de vivir. No sé cuando las perdí, pero debió de ser en una de esas curvas pronunciadas por donde me ha llevado la vida. El caso es que no las consigo encontrar, y cada vez me siento más angustiado y a la vez harto de todo.

No sé que quiero ser. Vale, sí, estoy estudiando una carrera, pero tú y yo sabemos que no encontraré nada relacionado con esto. ¡Joder, es que es tan triste! ¿Te tiras más de cuatro años en la universidad para qué? El sistema es un puto engaño. ¿O no? Sí, puede que sea culpa nuestra, por creérnoslo todo.
Sé que nunca llegaré tener el mismo nivel de vida que tengo ahora viviendo con mis padres. Sé a la perfección que después de ellos todo irá a peor. Tengo la certeza de ello. ¡Joder! ¿Qué tipo de esperanzas puedo albergar yo en este podrido mundo pensando eso? Ya te lo digo yo, no tengo esperanzas. Como dirían los Sex Pistols, “there’s no future”, y yo estoy convencido de ello.
Me pregunto si esta forma de ser, un tanto autodestructiva, afecta mucho a mi relación con ella, quizá sí, aunque nunca se ha quejado de ello. Eso sí, de otros aspectos de mi personalidad si que lo ha hecho, y con frecuencia. Pero no puedo hacer nada para evitar mi forma de ser. De hecho no me gusta como soy, mi personalidad. He intentado cambiar, adoptar nuevos comportamientos, controlar mis reacciones, sonreír cuando en realidad querría llorar, llorar cuando quisiera reír, quedarme al lado de alguien cuando en verdad me gustaría huir, o al menos evadirme: poder estar ahí pero sin ser consciente de ello, ser una especie de zombi.

¿Sabes cual es una de mis dudas más grande sobre la vida que tengo? El amor. ¿Qué es el amor? Te juro que lo he intentado conocer. Es que de hecho, desde que naces que es casi lo más importante, lo que quieres encontrar a toda costa. Incluso piensas que vives rodeado de él, que todo el mundo lo tiene y que tú eres el único desgraciado que aún no. Pero las cosas no son así. Después de todo lo que he vivido, de mis experiencias, he llegado a la conclusión que el amor no existe. Es un ideal que hemos creado para justificar estados de ánimo, y estos no tienen porque ir siempre ligados a la felicidad. Siempre llega un momento en que lo que sientes por una persona empieza a morir. Primero llega un día en que al verla ya no sientes nervios, ni nudos en el estómago, ni nada. Luego es cuando hacer el amor se vuelve más fatigoso y notas que incluso te vuelves remolón cuando se plantea hacerlo. A eso lo llaman perder la pasión, y para intentar sentirte menos mal te cuentan que es algo normal, y que lo que viene luego es incluso mejor: el cariño, la compresión, etc. Los nombres poco importan, pues esconden siempre la misma sensación: falta de pasión.
El final es cuando tus fantasías dejan de estar protagonizadas por tal o cual actriz, cantante, o chica de revista, y pasan a serlo la compañera de trabajo, la vecina del segundo o la amiga de toda la vida. Así que por favor, que no me hablen más del amor y de sus bondades, el amor no existe, así como tampoco existe Dios ni la felicidad. Todo son utopías para hacer más soportable esta vida, sueños inalcanzables, pero que aún así nos emperramos en ir tras ellos, saltando desde los precipicios más alto si es necesario.
También la amistad es un engaño. Aunque en menor media, pues la amistad realmente sí que la llegas a conocer, pero la pierdes pronto, más o menos cuando se acerca el cuarto de siglo. Es ahí cuando te das cuenta de los amigos ya no son como antes, que todo se ha envilecido por el egoísmo que nos corroe a todos. Sí, y el mío el primero, y tú lo conoces bien.
Tienes amigos cuando vas a EGB, los vas perdiendo en el instituto, y se van a tomar por culo en la universidad. Luego los que quedan bajo el adjetivo “amigos”, ya no son como antes. Lo sabes y lo notas. ¿Ves? Una vez más encuentro algo que forma parte de mí y que no me gusta. Algo que querría arrancar de mi interior y lanzarlo al fondo del mar. Pero no puedo, siempre estará ahí conmigo.

¿Porque nos bombardean siempre con cosas que jamás alcanzaremos? Amor, amistad, felicidad… nada, nada, nada. Todo eso no hace más que llevarnos directos a la infelicidad. Ahí acabamos todos, más tarde o más temprano. Más o menos drogados, sedados por ilusiones que jamás alcanzaremos. Triste destino, pero tan cierto cómo que ahora mismo me siento justo en ese lugar. En el mismísimo centro del País de la Infelicidad.

Que hace poco haya sido mi cumpleaños debe de tener algo que ver mi estado de ánimo, suele ser la fecha que escojo para hacer repaso mental acelerado de mi vida. Mis repasos me llevan a añorar cada vez más un pasado del que me alejo de manera inexorable y cada vez a un ritmo más acelerado. Echas de menos la seguridad que sentías cuando ibas al colegio y sabías que los próximos diez años seguirías allí, y que luego ante ti no se presentaría la oscuridad de la nada. También echas de menos la protección de tus padres, el sentimiento auténtico de amistad, los amigos, por los cuales harías lo que fuera y viceversa. Todo eso ya no existe. Y la búsqueda del amor…eso tampoco, pues ya has comprobado que eso nunca existió.

A pesar de todo esto que te estoy diciendo…en lo más hondo de mí, hay una pequeña esquinita del alma que sigue queriendo creer en el amor. Es del mismo tamaño de la que quiere seguir creyendo en que el capitalismo tendrá fin y que será posible, por fin, una revolución que conduzca al final de este sistema. ¿Quizá soy un terrorista y nadie se da cuenta de ello? Quizá sí. ¡Que venga la policía del Pensamiento, pues soy culpable de pensar y de desear que todo cambie! Que todo desaparezca, porque, porque…cuando todo desaparezca, entonces...quien sabe, a lo mejor es entonces cuando podremos encontrar el auténtico amor.
¿Lo ves? Mi pequeña esquinita me vuelve a traicionar. Y así siempre. Debe ser algo totalmente inherente a la condición humana. Sí, es la única explicación que puedo dar.
Tuve una época, la más dura de mi momento “el amor no existe”, en que creí que podría follar con cuantas tías quisiese y sin que nunca nada de eso implicase sentimientos. Y…estuve a punto de conseguirlo. Pero finalmente tampoco eso funcionó. Lástima, porque estuve realmente cerca. El peso de la cultura humana es demasiado fuerte aún. Puede que dentro de unas generaciones ya no exista ese problema. Dentro de mil años ya nadie vivirá atormentado por el amor. La realidad se habrá impuesto y será algo totalmente olvidado y sin sentido.
Bien podría pasar eso o que simplemente ya no existieran humanos porque todos fueron suicidándose al darse cuenta del engaño en el que vivían. No, me equivoco, soy demasiado optimista, siempre habrá algún aprovechado hijo de puta dispuesto a seguir con vida con tal de ganar pasta vendiendo balas a todo aquél que quisiera volarse la tapadera de los sesos.

La plaza y el artista

Desde que Nazario llegó a la Plaça Reial las cosas han cambiado mucho. Poco queda ya de aquellos años en que era un lugar a evitar, un punto negro de aquella Barcelona gris y triste, lejana aún de la “fiebre olímpica” que todo lo transformó, tanto para bien como para mal.
Nazario sabía lo que buscaba en aquél lugar: la vida en estado puro, la vitalidad de la gente que vive el día a día, pensando en que hacer por la mañana para poder comer a mediodía.
Allí el artista ha encontrado inspiración para sus obras, y así lo ha ido reflejando a lo largo de estos años. Creaciones que muestran la transformación de la plaza, su paso de lugar conflictivo a, más o menos, apto incluso para turistas.

Bajo los arcos de la plaza las terrazas y los turistas. En medio de la plaza una fuente, llamada de las Tres Gracias (diseñada por Gaudí), y bancos, muchos bancos. En ellos descansa gente de todo tipo, desde el “guiri” más hortera que uno pueda imaginar hasta el vagabundo del barrio. Pero como reconoce Nazario, “la gente que antes rondaba por la plaza se fue”. Efectivamente, los antiguos “inquilinos” habituales de la Plaça Reial ya no están. Marcharon ante la presión del Ayuntamiento para “limpiar” el lugar. Por eso las cosas han cambiado en la Plaça Reial, por eso ya no es la misma sitio a la que llegó Nazario hará unos 20 años. Y claro, él tampoco es el mismo. Al igual que la plaza, el autor ha evolucionado. ¿A mejor o a peor? En ambos caos se hace difícil llegar a una conclusión. Simplemente son diferentes.

Sí, puede que la plaza haya perdido algo de la vitalidad “canalla” del pasado, pero lo que ha conservado, sin embargo, inalterable a todos los cambios es su encanto natural.
La Plaça Reial es un espacio abierto que acoge al visitante y lo envuelve en la sombra de sus arcos, lo cobija bajo sus palmeras y lo refresca con el agua de su fuente. Eso debe explicar que la plaza sea un lugar tan apreciado. Da abrigo a la vida misma.

Pase lo que pase parece claro que la plaza será así siempre. Pasarán los años y esos arcos y esos edificios seguirán atrayendo a todo tipo de gentes. Y aunque los de hoy no sean los mismos de ayer ni los de mañana, seguro que siempre habrá entre ellos algún “Nazario” dispuesto a contar y a dejar constancia del paso del tiempo y de la vida por la Plaça Reial.